Los hermanos se independizan completamente, mental y físicamente, al casarse y formar una familia propia, y no mientras se encuentran al cuidado de sus padres.
La vida real comienza a partir de este punto. Es igualmente el momento en el que los hermanos y hermanas deben trabajar duro para fortalecer la unidad del espíritu de sus relaciones.

Renueven su espíritu. Encuentren el camino para lograr la consciencia, algo que se ha convertido en una parte necesaria e importante para las personas, y en cómo
promover lazos más fuertes entre los hermanos sabiendo que es la base del espíritu. Al hacerlo, no se preocupen por el estado actual de la sociedad ni de los cambios circunstanciales que ocurran en casa; no se dejen amedrentar, ni si quiera en lo más profundo de su mente, por la civilización superficial de una sociedad materialista. Comprendan y hagan suya la esencia de tal camino. Deben cultivar un interior atento y correcto capaz de velar por la familia en su conjunto, como hermanos y como individuos, para autoexaminarnos y ser introspectivos.

Su hermana ha dejado el hogar para empezar una vida independiente. Son los hermanos, a punto de llegar a la edad de matrimonio y de empezar una vida independiente, mental y físicamente.

Ha llegado la hora de que comiencen como miembros de la comunidad.

Entrenen el espíritu para lograr la consciencia correcta y sincera como ser humano hacia el futuro próximo al mismo tiempo que permanecen unidos como hermanos.

Para ser hermanos maravillosos en armonía y paz, lo cual debe permanecer siempre en nuestras mentes como la meta número uno de nuestra familia, debemos tenerlo siempre grabado en nuestros corazones si queremos lograr un mayor estado de paz, y buscarlo del modo más hermoso.

Nacemos siendo camaradas, con un espíritu cordial que nos proporciona mutuo consuelo en los corazones, complaciéndonos y amándonos desde el corazón.
Sin embargo, hay gente que piensa que pelear, odiar y culpar a padres y hermanos es natural.

Como seres humanos, no podemos aceptar ni tolerar este comportamiento, y no hay peor tristeza, preocupación o tragedia tan insoportable.